Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Cada gesto suyo era pura maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como https://albiecqhu557441.blogunteer.com/37333782/el-minuto-exacto-en-que-zidane-perdió-el-control